En los últimos días, los daños del calentamiento global están saliendo a flote y el lago Mead, mayor embalse de Estados Unidos, lo está reflejando, debido a que se está secando poco a poco, laguna donde se podía nadar y navegar.

Foto: Patrick T. Fallon
Adam Dailey, es una de las personas que disfrutó de este y cuyo bote ha surcado las aguas de este embalse entre los estados de Nevada y Arizona durante 15 años, dijo: “Es un poco triste lo que ocurre. Pero seguimos viniendo e intentando disfrutarlo mientras podemos”.
Dailey ha visto la orilla del embalse retroceder cientos de metros como consecuencia de más de dos décadas de una intensa sequía que está deshidratando al oeste de Estados Unidos. La reducción dramática del volumen de agua ha inutilizado varios de los muelles que atendían al embalse. Este verano, los botes solo pueden acceder al Lago Mead a través de una única rampa.
Las aguas del lago Mead retroceden dejando en evidencia los residuos de botes y visitantes que habitan los fines de semana allí. “Solíamos tener más. Ahora estamos todos peleando para poder usar la única rampa que llega al agua. Aún estamos viendo cómo organizarnos”, dijo Dailey.
El enorme lago se formó artificialmente tras la construcción de la represa Hoover en los años 1930. Tiene una superficie de 640 km² y es el que se encarga de almacenar agua para decenas de millones de personas e incontables hectáreas de cultivos en el suroeste de Estados Unidos.
El Servicio Nacional de Parques (NPS), es el encargado de administrar el embalse y ha gastado alrededor de 40 millones de dólares desde 2010, con el fin de que siga abierto para la navegación de quienes lo visitan. Cada vez que el nivel del lago cae 120 centímetros, la agencia debe desembolsar unos 2 o 3 millones de dólares para reconfigurar los muelles.
“La reducción de los niveles de agua debido al cambio climático y a los 20 años de sequía han transformado las orillas del parque”, explica el NPS en su portal. “Y el Lago Mead continúa retrocediendo, por lo que extender las rampas se ha vuelto más difícil y más caro”.
Mientras que el lago se va secando, aparecen botellas, latas, extintores y otros residuos, e incluso apareció un esqueleto de un hombre que recibió un tiro en la cabeza y que fue lanzado al embalse dentro de un barril hace cuatro décadas.