Los equipos de rescate consiguieron sacar con vida a un niño de seis años atrapado durante dos días en los escombros causados por un terremoto en Indonesia que dejó 272 muertos.
Las cámaras captaron el rescate “milagroso” en la noche del miércoles y reavivó las esperanzas de encontrar más sobrevivientes entre las ruinas.
“Una vez nos dimos cuenta de que Azka (el niño) estaba vivo, todo el mundo estalló a llorar, incluido yo”, dijo el jueves a la AFP Jeksen, un voluntario local de 28 años: “Fue muy emotivo, se vivió como un milagro”, concluyó.
El video del rescate, difundido por la administración del distrito de Bogor en Java Occidental, muestra a los socorristas rescatar a Azkar de una casa destruida en el distrito de Cugenang, el más afectado de la ciudad.
Los equipos de emergencia saben que después de 72 horas del terremoto, hay pocas posibilidades de hallar a supervivientes.
La persona que lo rescató del hueco entre los escombros, abrazó al niño mientras otro socorrista, con mono de protección naranja, corría detrás de él sosteniendo su mano. Después se ve a Azka tomando, tranquilamente, una bebida en brazos de un soldado; un trabajador de emergencias que le acariciaba el pelo.
Un voluntario afirmó a la AFP que el cuerpo de la madre del niño había sido hallado sin vida horas antes. Además, junto al pequeño, encontraron el cadáver de su abuela, dijo Jeksen. Azka se salvó porque un muro sostuvo otra pared colapsada y evitó que cayera sobre él, indicaron los medios locales.
“Fue encontrado en la parte izquierda de la casa, en la cama. Estaba protegido por una almohada y había un espacio de 10 centímetros entre él y el muro de hormigón”, explicó Jeksen. “Era un espacio tan estrecho, estaba oscuro, hacía calor y no había suficiente hueco para respirar”, concluyó.
Por su parte, el jefe de la agencia nacional de gestión de desastres, Suharyanto, afirmó que: “Hoy hemos desplegado seis mil personas para la operación de búsqueda y rescate. Llueve, pero seguimos buscando”.
Cabe destacar que el terremoto tuvo una magnitud de 5,6 en el territorio de la provincia de Java Occidental de Indonesia, golpeó la región de Cianjur a una profundidad de 10 kilómetros, según el Servicio Geológico de los Estados Unidos.
El fuerte sismo llevó al desplazamiento de al menos 13,782 personas, que serían reubicadas en 14 campeonatos de refugiados; 2345 viviendas resultaron dañadas durante el suceso.