El expresidente Iván Duque realiza un diagnóstico de su sucesor en el gobierno, tocando temas importantes como la paz, las reformas que lleva a cabo en el Congreso y la forma en la que está tomando decisiones para el país, en una entrevista con la casa editorial El Tiempo.
Los encuentros entre Duque y Petro no son algo nuevo, aunque sean indirectos, siempre en la palabra hacen presencia, al ser el primer presidente de izquierda en la historia reciente de Colombia, está inmerso en la opinión de la oposición.
La agenda de Duque inició con el tema de la seguridad frente a la decisión del gobierno actual de dejar de buscar a personas involucradas con atentados que han hecho daño al país, decisión que estuvo a favor de dejar de buscar a alias mechas un hombre que ha estado detrás de diferentes ataques poniendo en riesgo al país, poniendo en riesgo la seguridad de los ciudadanos haciendo que “la paz total se convierta en paz fatal”, añade.
El espacio activo que aún posee el ELN, el narcotráfico, la segunda marquetalia y los cultivos ilícitos realzan un sentimiento negativo en el exmandatario, un rumbo que a su parecer lleva al país a una seria situación de seguridad.
Haciendo una evaluación general de la política, Duque se refiere al entrampamiento en el que está involucrado y que el mismo Rodrigo Londoño, actual director del partido común de las antiguas FARC, comentando que “las personas capturadas antes y durante sus mandatos se hicieron con pruebas contundentes y con ánimo de enfrentar a los grupos de criminales […] burlaron la paz, crearon fundaron grupos terroristas, violaron el principio de no repetición y no se les podía tratar con guante de seda, porque tratarlos así es burlarse de las víctimas”.
Duque no dejó pasar la actual relación que Colombia lleva con su vecino Venezuela, reforzando que se debe seguir firme a pesar del conflicto con el Presidente Maduro y protegiendo los derechos de los ciudadanos involucrados bajo un apoyo del gobierno colombiano una estructura antidemocrática “que una cosa es la libre determinación de los pueblos y otra cosa muy distinta la determinación de los tiranos”.
Expresó, también, su preocupación por los migrantes que han entrado al país después de su mandato, recordando los espacios que dejó plasmados para proteger y garantizar el bienestar de las personas extranjeras que entran al país en estado de vulnerabilidad y dio énfasis en seguir reforzando las medidas para lograr la debida transición de participación positivas de migrantes en el país.
Con respecto a las reformas, en especial a la salud, el expresidente hace referencia a que hay que tener cuidado con el “adanismo”, creer que la reforma se construye con el gobierno que llega, que las medidas que existen hacen parte de las políticas de estado y no del que va llegando y si se pone en riesgo las medidas positivas que ya estaban, “lo que estaremos es poniendo en cuidados intensivos el sistema de salud de Colombia”, partiendo de la base que no se puede destruir lo que se ha venido construyendo.
Siendo parte de la oposición con relación al gobierno actual, Duque apoya que una oposición debe ser con argumentos, con reflexión y recuerda cuando estuvo como presidente la forma en la que llevó a cabo las críticas de la oposición izquierda, reflejando que ahora ellos comprenden que “la labor de atacar es muy fácil mientras que la labor de ejecutar es mucho más difícil” y tener opinión por parte de diferentes ideologías genera democracia en el país.
Así mismo, Duque indicó que su voz la utiliza en pro de aportar, y ayudar de forma constructiva dejando claro que “quienes hemos gobernado por el amor que le tenemos a Colombia tenemos que seguir dando lo mejor por nuestro país”.
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