El pasado fin de semana, el país presentó una emocionante elección para representar la belleza colombiana en el certamen Miss Universo. Aunque Casanare fue la ganadora, Miss Buenaventura destacó por su belleza y autenticidad, capturando la admiración de todos. No obstante, Lina Hurtado se ha convertido en el centro de atención nacional gracias a su inspirador relato de vida.
Después del concurso, Hurtado compartió su historia personal y reveló que durante su infancia y juventud enfrentó momentos difíciles a causa del racismo. En aquellos tiempos, no se sentía orgulloso de su tono de piel y llegó a recurrir a métodos poco saludables, como el uso de cloro, en un intento por aclarar su piel. Hoy en día, Lina Hurtado se destaca como embajadora de la cultura afrocolombiana.
“Mis papás trataron en lo posible de mostrarme lo valioso que era ser una mujer negra, de cuánto me tenía que amarme y aceptarme. Pero los niños eran crueles, había ‘bullying’ y me costaba aceptarme tal y como era. Siempre llegaba del colegio con ganas de arrancarme la piel y fue un proceso difícil”, rememoró Hurtado.
La propia Hurtado admitió que su viaje hacia la aceptación personal representó un desafío considerable, ya que albergaba la creencia de que ser blanca era sinónimo de belleza y ser negra era considerada algo negativo, “lo hacía a escondidas de mis padres. Y lo usaba porque se supone que es un blanqueador y lo blanco era lo bueno. Siendo niña y en medio de lo ilógico que podía ser me lo aplicaba y me frotaba. Y me hice mucho daño en la piel”, dije la Miss en una entrevista para la Revista Semana.
Además de trabajar como modelo y artista profesional, Lina Hurtado es docente de comunicación para la paz en áreas remotas y de difícil acceso. Su misión es impactar profundamente en las personas a través de la educación y la capacitación, dejando una marca indeleble en sus vidas.