Ahora que el agua está en boca de todos o mejor no está, es adecuado evaluar que áreas están siendo restringidas del agua en Bogotá.
Recientemente, han rondado unos videos, que han causado furor entre los bogotanos, donde se puede apreciar un uso excesivo de agua en recintos lúdicos; lo que hace que nos preguntemos, ¿cuántos litros de agua se necesitan en serio para mantener un campo de golf o unas canchas de tenis?
Recordemos que el Distrito inició una medida de racionamiento de agua por sectores o zonas de la ciudad, pero, ¿acaso esta nueva medida no aplica para los servicios de entretenimiento de la clase alta? Y se entiende que estos lugares requieren de un mantenimiento muy estricto, pero para la crisis de agua que estamos viviendo es injusto derrochar la poca agua que nos queda en lugares a los que muy pocos de los ciudadanos de Bogotá tienen acceso.
Entonces, si el objetivo es eliminar gastos innecesarios de agua, es hora de reevaluar los usos de los que solo disfrutan unos pocos y le cuesta a muchos.
Ahora bien, esta evasión de la responsabilidad ambiental no solo ocurre en Colombia, sino que también ocurre en todo el mundo y los perpetradores son los que más tienen.
Según un estudio realizado por Oxfam-Intermón, “el 1% de los más ricos del mundo contamina el doble que la mitad más pobre”, es decir, los grupos de población más pobres son los menos responsables de la crisis climática, mientras que quienes acumulan mayor índice de riqueza siguen copando las cuotas más altas de contaminación.
«El cambio climático está indisolublemente unido a la desigualdad económica: se trata de una crisis impulsada por las emisiones de gases de efecto invernadero generadas por los ricos, pero que afecta fundamentalmente a los más pobres», se afirma en el documento investigativo.
Dentro de las personas que más contaminan el planeta se encuentra el rapero Travis Scott, el empresario Elon Musk y la empresaria Kim Kardashian, quienes juntos han emitido hasta 15.000 toneladas de CO₂, dejando una huella de carbono gigante en comparación al promedio mundial de una persona individual.
Lo anterior nos lleva a otro tema, y son los conocidos bonos ambientales o bonos de carbono, que se basan en la idea de que se puede compensar las emisiones producidas si se financian proyectos que capturan emisiones o que no emiten gases de efecto invernadero.
Esta es la “solución” a la que muchos famosos han recurrido para, según ellos, intentar compensar la huella de carbono que generan; sin embargo, comprar para proteger un área de tierra no va a ayudar a que el cambio climático desacelere, simplemente los exime de una responsabilidad de la que no son conscientes y que nos está afectando a todos.
Nosotros, los ciudadanos de a pie, podemos intentar ayudar, reciclando, comprando cosas ecológicas, ahorrando, etc. Pero nosotros nunca vamos a producir tanto daño al medio ambiente como lo hacen estas personas ricas. Hay que tener claro que, la responsabilidad es comunitaria y al mismo tiempo es personal, pero la falta de responsabilidad ambiental de ellos le cuesta más al planeta que la responsabilidad personal suya y mía.