En la capital últimamente se han presentado casos de intolerancia y la ciudadanía lo está denunciando. Uno de ellos fue el de Angie Ruiz, quien denunció haber sido golpeada brutalmente en la cabeza en el Transmilenio, luego de que no le cediera una silla azul a una mujer. La víctima comenta que la señora le solicitó el puesto de manera grosera y agresiva y que después le dio un fuerte golpe en su cabeza.
El medio de comunicación City TV reveló más detalles. “Mientras yo me levanto se acerca una mujer morena, grande, de unos 60 años, pues que a la vista se veía gozar de salud realmente, nunca me dio temor de nada en su momento porque es una señora de la tercera edad, pero se veía bien de salud. La actitud de ella fue decirme “métase la silla por donde ya sabemos” a lo que yo le dije, no señora, de esa manera no le puedo dar la silla, no sea grosera”, mencionó Angie en el canal.
Luego la pasajera se bajó en la estación Avenida Rojas y allí la mujer a la que le negó el puesto y otras tres más se le acercaron y la golpearon fuertemente.
“Lo único que me acuerdo que escuché es que era que si “la silla se me había quedado pegada al …”, a lo que yo le respondo “señora Dios la bendiga y si usted está enferma así no más pelea, imagínese gozando de salud” cuando terminó la frase siento un golpe en la cabeza en la parte derecha y me bota, me deja borracha, lo que me hace reaccionar es un jalón de cabello”.
Después de este percance, Angie acudió a Medicina Legal, donde le indicaron que uno de los golpes que recibió pudo ser mortal, ya que fue muy cerca de la nuca, más exactamente a unos dos centímetros. Además, la mujer relató que después de lo que le sucedió siente temor de volver a salir a la calle, “eso es lo que ahora me tiene nerviosa, mis manos tiemblan mucho y ahora me siento muy vulnerable en la calle”, añadió.
Finalizó mencionando que no sabe qué le espera a su vida, debido a que todos los días que sale a su trabajo, lo hace a la misma hora y realizando la misma ruta. “Mañana, tengo que ir a trabajar porque tengo mis responsabilidades, pero sé que tengo que ir a la misma hora, en la misma ruta, en el mismo camino”.