Los impactos ambientales que genera el fast fashion han llevado a que cada vez más consumidores se interesen por ropa que ya ha tenido dueño, generando que la ropa de segunda mano tenga más espacio dentro del mercado.
El consumo de ropa usada ha tenido un crecimiento mayor desde el año 2022, según un informe de GlobalData, tanto así que grandes marcas como Zara le apuestan a comercializar este tipo de ropa. En países como México, España y Alemania, ya se tienen espacios físicos dentro de las tiendas para estos productos.
En Colombia lidera una plataforma que inició operaciones en 2016, alcanzando entre México y Colombia más de 11 millones de usuarios (tres millones de estos en nuestro país) que suman más de 32 millones de prendas ofertadas. Aunque al principio solo se ofertaba ropa de mujer, este año abrirán mercado para niños y hombres.
Según las cifras en Colombia muestran que las ciudades principales son las más interesadas en estos temas, siendo Bogotá, Medellín, Cali y Bucaramanga donde más se hacen compras de ropa de segunda mano.
El interés se ve, principalmente, por personas de entre 24 y 45 años, cuyo principal motivo es la necesidad de cuidar el planeta a través de las compras sostenibles. La moda de segunda mano también cuenta con calzado y accesorios. Sin embargo, el interés de los colombianos está puesto en los abrigos, chaquetas, vestidos, faldas y pantalones.
Por ahora, no esperan saltar a otros países, sino crecer en los dos mercados en los que trabajan. Esto por dos razones: Colombia y México no tienen competencia y pueden ampliar con más facilidad el mercado.
En Colombia este modelo de negocio se ha convertido en una fuente de ingresos para así como un incentivo a dar una segunda oportunidad a la ropa.