Till Lindemann, cantante de la banda de metal industrial alemana Rammstein, es acusado aparentemente de drogar y abusar sexualmente a sus fans después de los shows en vivo durante sus giras.
El escándalo de abusos sexuales y de poder ha estallado a raíz del testimonio de una mujer irlandesa, de 24 años, que ha denunciado a la policía lituana que su bebida fue adulterada en una fiesta posterior al concierto que dio el grupo en Vilnius el mes pasado.
Fue a raíz de este testimonio que varias mujeres han salido a alzar su voz con su versión, relatando que han vivido situaciones similares, no precisamente este año pero si durante giras o presentaciones anteriores.
En las acusaciones realizadas, las mujeres indican que era una asistente del grupo la encargada de reclutar a las fans durante el concierto para llevarlas después del show a un espacio detrás del escenario donde Lindemann las esperaba para tener sexo con ellas.
Las chicas habrían sido localizadas en las primeras filas de los shows, filmadas o fotografiadas para que Lindemann pudiera elegir, antes de ser invitadas a asistir a fiestas privadas.
Tras este descubrimiento, la asistente rusa Alena Makeeva, que habría propuesto a mujeres jóvenes unirse al grupo entre bastidores, fue apartada del entorno de la banda, según informa el semanario Die Welt.
Rammstein salió a través de su cuenta de Instagram pronunciándose sobre las acusaciones, señalando que “las publicaciones de los últimos días han causado irritaciones y preguntas al público y especialmente a nuestros fans. Las acusaciones nos han golpeado a todos muy fuerte y nos las tomamos muy en serio“.
Post en instagram: https://www.instagram.com/p/CtB-rb2tYAU/
Con las acusaciones en el aire varios sponsors de la banda han anunciado la cancelación de su contrato y, además, se registra una gran devolución de entradas para las próximas presentaciones del grupo en Alemania.
Al ser el grupo de habla alemana que más álbumes vende en el mundo, estas sospechas podrían marcar el «final del show» para el grupo de metal, predice el Süddeutsche Zeitung, uno de los periódicos que dio espacio a las denuncias.