El pasado 25 de mayo de 2020 las imágenes de un policía asfixiando a un hombre en medio de la calle mientras él pedía que parara porque no podía respirar le dieron la vuelta al mundo. George Floyd murió a causa de la asfixia como lo comprobó su autopsia y el hecho generó una ola de protestas tanto en Estados Unidos como en varios lugares del mundo, todas bajo el lema “Black Lives Matter”.
Más que Floyd, alguien que recientemente no ha dejado de estar en la boca de todos es Kanye West, el rapero que desde que desde tiempos inmemorables se ha dedicado a dar de qué hablar y a hacer de su vida una constante polémica, como esta vez no sería una excepción, el rapero dijo en una entrevista en el podcast Drink Champs que Floyd no había muerto por la asfixia sino por su consumo de fentanilo que es un analgésico entre 50 y 100 veces más potente que la morfina y que ha tomado mucha fuerza en Estados Unidos como consumo ilegal.
Las declaraciones no cayeron nada bien entre los escuchas del Podcast y mucho menos en la familia de Floyd quienes enseguida anunciaron una demanda contra West por el delito de difamación en donde reclaman 250 millones de dólares y pidió respetar el nombre de George, que no sólo es un familiar, sino que representa una lucha alrededor del mundo.
Hay que aclarar que durante la autopsia sí se encontró que los problemas cardíacos de Floyd debido a su consumo de Fentanilo fueron un agravante en su muerte, pero la conclusión final apuntó directamente a la asfixia provocada por el policía que Derek Chauvin que fue condenado a 22 años de prisión por homicidio y a otros 20 más por uso excesivo de la fuerza.
Por su parte West viene de una seguidilla de comportamientos racistas, aparte de sus declaraciones con relación al tema de Floyd, hace algunas semanas se presentó en un desfile de moda en París con una camiseta que tenía el mensaje “White Lives Matter” estampado, lo cual provocó la furia de colectivos y defensores de derechos porque esta es una burla directa a su lucha.