Desde finales del año pasado, la Agencia Europea de Sustancias Químicas (ECHA, por sus siglas en inglés) recomendó prohibir ciertos pigmentos de color para tatuajes, argumentando que al estar prohibidos dentro de la industria cosmética, acorde a la normativa de la Unión Europea, tampoco deberían estar permitidos para usarse bajo la piel.
El Reglamento Europeo de Cosméticos ya ha prohibido más de 4.000 tintas para tatuajes por contener conservantes y aglutinantes tóxicos.

A partir de 2023, a esta lista de prohibidos se sumarán los pigmentos Verde 7 (verde oscuro) y Azul 15 (azul brillante), presentes en dos tercios de todas las tintas para tatuajes, bajo el argumento de que son perjudiciales para el organismo y cancerígenos o pueden provocar reacciones alérgicas y suponen otros riesgos para la salud. Cabe destacar que hasta el momento no existen sustitutos equivalentes.
Wolfgang Bäumler, de la Clínica y Policlínica de Dermatología de Ratisbona y experto en tatuajes, explicó a la cadena alemana DW, que “No existe un tatuaje saludable, pero se sabe muy poco sobre los efectos de los colores en el cuerpo”. Para él, con el fin de poder evaluar el riesgo y comprobar que los tatuajes son cancerígenos, se necesitan estudios más grandes, con personas tatuadas y no tatuadas en comparación.
A su vez, Bäumler explicó que el sistema inmune humano trata de eliminar las sustancias de la piel tatuada y que “el primer objetivo visible son los ganglios linfáticos cercanos, donde la tinta empieza a almacenarse”. Esto los puede aumentar de tamaño, aunque para algunos expertos esto no afecta a su función
Reconociendo las preocupaciones de la industria del tatuaje, un portavoz de la Comisión Europea aseguró que se han tomado medidas para ayudar a este sector económico “La Agencia Europea de Sustancias y Mezclas Químicas (ECHA) ha lanzado una campaña de sensibilización dirigida especialmente a las pequeñas y medianas empresas”.