Después de que Corea del Norte disparara más de 20 misiles y uno de ellos cayó cerca de la frontera marítima de Corea del Sur, el presidente Yoon Suk-yeol, denunció el lanzamiento de misiles contra su país como «una invasión territorial de hecho», y el ejército de Corea del Sur lanzó posteriormente 10 misiles hacia la misma zona fronteriza marítima como respuesta al ataque iniciado por corea del norte.
Durante lo ocurrido sonaron sirenas de primer nivel de alerta de ataque en la isla de Corea del Sur, la alerta implica la publicación de advertencias en altavoces municipales, en teléfonos móviles y televisores, esta alerta se mantuvo en la isla, de unos 9.000 habitantes, durante unas cinco horas y sus residentes fueron evacuados a refugios. Y el misil norcoreano cayó a 167 kilómetros al noroeste de la isla de Ulleung.
El lanzamiento por parte de Corea del Sur, se produjo horas después de que Corea del Norte amenazó con usar armas nucleares en protesta por los ejercicios militares conjuntos de Estados Unidos y Corea del Sur a gran escala que considera un ensayo de invasión. Pero, Estados Unidos sostiene que no tiene intenciones hostiles hacia Corea del Norte y se comprometió a trabajar con aliados para frenar las ambiciones nucleares de Corea del Norte.
Ante los disparos de parte y parte, varios países empezaron a pronunciarse sobre lo ocurrido, entre ellos, el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, dijo que los lanzamientos constituían un comportamiento «agresivo e irresponsable», así mismo, Rusia según declaró a la prensa el portavoz del Kremlin, citó a la calma y pidió a «todas las partes de este conflicto evitar tomar medidas que puedan provocar un aumento de las tensiones».
Cabe recordar que la tensión en la península va en aumento y ha estado presente desde hace ya algunas semanas, pues estos actos no solo han ocurrido el día miércoles, sino que este lanzamiento norcoreano es el número 36 de este año, siendo una cifra récord según la base de datos de la ONG estadounidense Nuclear Threat Initiative.
El mundo teme que ante los insistentes lanzamientos norteños y las grandes maniobras de los aliados que incluyen activos estratégicos de Washington, llegue a haber la posibilidad de que Pionyang, tal y como apuntan los satélites, pueda realizar pronto su primera prueba nuclear en cinco años.