Duplat: Un constante renacer musical

Foto: Queen Street Talent

En entrevista con PILAS, Daniel Duplat habla de su surgimiento en la música y sus nuevas motivaciones.

Resurgir en el pop

Daniel Duplat creció entre pasillos y bambucos, Chopin y Beethoven. El ejemplo de su padre, que a diario tocaba el piano que habitaba en uno de los rincones de su casa, le presentó a su primer y más grande amor: la música. A los cuatro años empezó a tocar y a los seis vio por primera vez una orquesta en vivo en el Teatro Colón. A tan corta edad, ya era consciente de que aquel sería su camino.

“Me enamoré del piano desde muy chiquito. Mis papás vieron mi gusto. Yo veía un piano y tenía que acercarme a ahí a mariquear y a tocar. A los 4 años empecé esta aventura que yo no sabía que me iba a robar mi adolescencia y ya son más de 20 años de educación pianística.  Yo me acuerdo de la primera vez que escuché una orquesta en vivo.  Hasta el día de hoy sigue siendo lo más impresionante que he escuchado, las orquestas tienen algo que me atrapa. Eso fue lo que hizo que quisiera hacer música”.

Desde entonces, la educación musical de Duplat estuvo enfocada al piano clásico. Las competencias y los recitales se convirtieron en el objetivo constante de su adolescencia y juventud. Sin embargo, la realidad de esta escena y la crudeza de un fracaso lo impulsaron a tomar un nuevo camino: el pop. En 2019 se presentó por primera vez a un concurso internacional de piano, el cual se convirtió en un momento de túnel Cortazariano, donde todo tuvo que destruirse para volver a construirse. 

“Se llamaba el concurso José Jacinto Cuerdas y se celebraba en Mérida, Yucatán en México. Yo me preparé como dos años para el concurso, monté un repertorio, estudié como un berraco, no hice nada más en mi vida por dos años. Iba cagadísimo del susto y me fue como un zapato en la audición. Empecé re bien, llegué a la última pieza y me blanqueé, se me olvidó un pedacito y ya, chao, eliminado”. El derrumbe de un sueño vino en forma del tintineo de una cuchara contra una taza de café. Uno de los jurados detuvo su presentación antes de que Daniel pudiera tocar la última tecla.  “Me paró como ya, muchas gracias, por favor cállate y deja humillarte. Y ya. El sueño de dos años murió. Empecé a pensar mucho. Yo decía, qué gonorrea que dos años se vayan a la caneca en un segundo. Además, si yo hubiera ganado ese concurso, no pasaba nada con mi vida”.

En ese momento, Duplat entendió que su pasión por la música no podía quedarse enfrascada en lo competitivo de lo clásico. Para él, este entorno es destructivo y muy decepcionante. El fracaso no llegó solo. Vino de la mano de la depresión, las dudas y el temor. Pronto, el piano dejó de ser un objetivo y se convirtió en una escapatoria que vino acompañada de letras y nuevas canciones. 

“Empecé a usar el piano como mi herramienta para escribir y la cosa fue creciendo. Fue como el incentivo para mí. Yo dije ‘no, yo ya no quiero hacer más eso, yo quiero cantar y quiero disfrutar mi vida con la música’. El pop también es muy competitivo, pero es un poco diferente la cosa. El mundo clásico es meritocrático, el que más toca es el que gana y punto. Con el pop la competencia existe, pero está un poquito más implícita. Mi mentalidad al hacer música es ‘yo hago lo mejor que puedo y le meto todo el cariño que puedo’ y con eso es suficiente. Sí es competitivo, sin duda, pero tu sola genuinidad te permite prevalecer”. 

Ahora Duplat enfrenta el reto de crecer en Colombia. Su próximo objetivo es quitarle el apellido “emergente” a su título como artista. Para él, la escena de la música está pintada de una forma completamente lejana a la realidad. Afirma que vivir del arte no es un camino fácil, pues viene lleno de intermediarios. 

“La gran mayoría de músicos y artistas no viven exclusivamente de su música aunque todos venden que sí y que la están rompiendo. Es muy poco rentable y por lo tanto necesitas ser muy grande para cosas como comprarte tu casa o un apartamento. No da porque es una industria llenísima de intermediarios. El artista pierde en todo sentido, digan lo que digan. La industria tiene una lista grandísima de intermediarios entre el oyente del músico y cada uno saca su pedazo. Nadie es capaz de mostrar las cosas que no son tan chimbas en su vida, pero no todo es estar en las nubes, la verdad es que es una comedera de mierda”. 

De la letra chiquita a la grande

Duplat está conquistando nuevos caminos. Su nuevo sencillo Fresa, un dúo junto a Manuel Medrano, fue construído con paciencia y cariño, un proceso que constantemente le recordó su amor y pasión por la música. 

Foto: Queen Street Talent

“Fresa es muy especial por muchas razones. Manuel se tomó todo el tiempo, todo el cariño y todo el amor a la música para hacer la canción bien. Hablamos por meses de qué queríamos escribir, nos compartimos música por semanas. La canción terminó siendo mía, pero también de él. Los dos teníamos un gusto mutuo por la música disco, por el funk y decidimos que este era como en el camino y creo que encontramos un equilibrio artístico que nos sirvió a los dos. Este lanzamiento ha sido muy importante para mí porque ha rendido un millón de veces mejor que cualquier cosa que yo haya lanzado antes, y siento que va a ser la canción insignia de mi música”.

Con este lanzamiento y su presentación en Festival Cordillera, el próximo objetivo es labrarse nuevos espacios que le permitan llegar a más gente. Duplat ya no quiere estar en la letra pequeña de los carteles y los line ups, su nuevo objetivo es hacer parte de la letra mediana. 

“Cordillera fue muy espectacular. Ver cómo funciona el disco en vivo, la reacción del público a los arreglos, que la gente sí se las baila, que las canciones que salieron hace poco ya las corean fue lo que más me sorprendió del show. El siguiente paso es volver a esos festivales nacionales grandes en espacios más estelares. Va a ser un año de desarrollar el disco porque promete muchísimo. En 2026 me imagino en el Estéreo Picnic o en un Cordillera nuevamente. Quiero volver como un show establecido y que no se sienta lo de emergente, yo quiero que este disco marque la transición entre ser un artista emergente que conocen un montón de hippies del terno a ser un proyecto nacional y que represente el sonido también de de nosotros, los bogotanos”.

Duplat lanzará su disco Mosaico Pirata el 15 de noviembre en Royal House en Bogotá, en la que define como su presentación más importante hasta la fecha. Puede adquirir sus boletas a través de e-ticket.

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