La plata no alcanza para mercar

Cada quincena las tiendas y almacenes de cadena se convierten en un mar de cabezas, ya que todos debemos suplir una necesidad básica: alimentarnos. 

Leche, huevos, pan, café… Y uno que otro gustico de momento es lo que va en algunos carros de mercado. Lastimosamente, eso de comprar placeres para el paladar se acabó debido a la preocupante situación en el alza de los alimentos, más de una familia (por no decir todas) se aprieta los bolsillos para que el dinero rinda en alimentos, servicios, vivienda, entre muchas más obligaciones que como ciudadanos del mundo debemos cumplir. 

Imagínese, usted ama de casa, papá o mamá soltera, pareja que merca unida o universitario que vive solo llevando su “buen mercado”, con la ilusión de alimentarse usted y a los suyos por un mes, pero… Llega el momento donde el cajero procede a decirle el costo de sus alimentos, con la sorpresa de que le alcanza para la mitad, o incluso para menos de lo que lleva. 

Compradores sacando de su carrito de mercado, esa es la escena en algunos supermercados, donde vemos que el estilo de vida alimenticio ha cambiado y no precisamente para bien. Si nos hacemos una idea más profunda sobre la realidad de muchos hombres, mujeres, niñas y niños en Colombia es que, según el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (DANE), en marzo de 2022 más de 12 millones de personas comieron dos veces al día, más de 700 mil solo una comida y un poco más de 38 millones las tres comidas. 

Además, a esto sumemos que según el Índice de Seguridad Alimentaria, el cual evalúa los problemas de asequibilidad, disponibilidad, calidad y seguridad de los alimentos, además de los recursos naturales de 113 países, Colombia ocupa el puesto 52 con 64,4 puntos (pts) de puntaje general, lejos del primer puesto el cual se lo lleva Irlanda con 84 pts. Sin irnos tan lejos, Costa Rica nos supera con la posición 24 y 73,6 pts.

No nos olvidemos del aumento del Índice de Precios al Consumidor (IPC) que nos pone a todos los pelos de punta, ya que es la clara señal de que todo aumento de manera exagerada. Es que con esa cifra hasta nos puede dar un paro cardiaco, porque en julio del presente año se llegó a los 10.2%, cinco décimas superior a la del mes anterior.

Aprovechando que tengo su atención hasta este punto, quiero que usted mismo lea, de manera textual, la variación de porcentajes en los alimentos indicadas por el IPC: 

La división Alimentos y bebidas no alcohólicas registró una variación mensual de 1,17%, siendo esta la segunda mayor variación mensual. En julio de 2022, los mayores incrementos de precio se registraron en las subclases azúcar y otros endulzantes (6,00%), cebolla (5,51%) y frituras: papas fritas, chitos, maizitos, patacones, besitos, etc (5,18%). Las mayores disminuciones de precio se reportaron en las subclases: tomate (-17,31%), papas (-7,57%) y zanahoria (-4,84%).

Este no es un panorama desconocido para los colombianos, ahora ahorrar se convirtió en una acción de mayor importancia y no dejar nada en el plato es lo mejor que podemos hacer por nuestros bolsillos. Mercar bien (o menos) es lo que nos toca, porque la platica no está rindiendo. 

¿Por qué sucede esto? 

Debemos entender que esto no es un problema que viene pasando hace un mes o dos meses, sino el resultado de diversas situaciones que afectan el bolsillo. La inflación este año en Colombia presenta cifras alarmantes y estar sobre un 10% en el IPC era de esperarse. 

Hay dos situaciones puntuales que logran afectar a nuestra nación y que son difíciles de manejar, las cuales son: Covid-19, junto a la reactivación económica y el conflicto Ucrania-Rusia. 

Volver a una reactivación económica después de una pandemia como la de la Covid-19 no es sencillo, debido a que hubo desempleo, poco dinero y un problema donde la oferta superaba la demanda. Ahora, en el regreso a la normalidad, los papeles de oferta-demanda cambiaron, siendo la demanda la dominante en diversos aspectos de la vida que requieren de valor monetario. 

El especialista en finanzas, Édgar Jiménez, le explicó a Canal Institucional que “había un flujo de dineros que muchos tenían represados y salimos a demandar una cantidad de bienes, productos y servicios que no habíamos comprado durante la epidemia”.

Como segunda situación, la guerra entre Ucrania y Rusia, pese a ser países lejanos a nosotros, nos afecta en materia económica en temas como: Transporte (por los combustibles), aumentó en fertilizantes, abonos de cultivo y alimentos para animales, lo cual impacta de manera directa en los alimentos. 

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