Los reparos de los diferentes sectores a la reforma a la salud que alista el Gobierno Nacional siguen siendo permanentes. La reforma se comenzará a debatir en las sesiones del Congreso el 6 de febrero.
Alejandro Gaviria, exministro de Salud y hoy ministro de Educación, criticó duramente algunos de los aspectos del proyecto. Se filtró un documento que Gaviria no quería que se hiciera público por la intervención que tuvo.
El documento filtrado se titula “Sobre la reforma a la salud”, está dividido en cinco capítulos:
- Diagnóstico
- Pacientes
- Recursos
- Transición
- Reforma
“Todo esfuerzo reformista debe empezar por un diagnóstico, por un análisis de lo que funciona y no funciona, por una evaluación de las capacidades instaladas, nunca se comienza de cero, y las heterogéneas realidades territoriales”, sostuvo el exministro de Salud.
Según Gaviria, el diagnóstico que se hizo del sistema de salud no es claro, pues, opina, que se insinúa que los problemas del sistema estarían originados en la administración cuando se relacionan más con la equidad. Gaviria cree que eliminar las EPS no solucionaría la insostenibilidad financiera, la corrupción y las desigualdades territoriales.
El ministro de educación destacó que el sistema de salud del magisterio y el de las fuerzas armadas, tienen grandes dificultades financieras, y en comparación del régimen contributivo, se registran tres veces más quejas por mil afiliados, lo que se intensificaría a mayor escala con el proyecto que se está proponiendo.
“La experiencia de Colombia con pagadores únicos públicos ha sido desastrosa. Lo fue con la llamada libre adscripción del Seguro Social en 1996, con los cobros directos del Fosyga por la atención a la población desplazada en 2001 (…) El país recuerda los carteles de la hemofilia, el VIH, enfermos psiquiátricos, etc.”, expresó el ministro.
También señaló que las inequidades regionales están más relacionadas con las brechas entre zonas rurales y urbanas que con el mismo sistema de salud: “Pero la reforma propuesta plantea una estrategia extraña: destruir lo que funciona en las ciudades para supuestamente arreglar lo que no funciona en las zonas rurales. En lugar de tratar de adaptar una estrategia de atención primaria al sistema, la reforma trata de adaptar todo el sistema a una estrategia de atención primaria. Una lógica extraña”, sostuvo.
El ministro criticó que no se ha hablado sobre quién prestará los servicios de los que actualmente se ocupan las EPS, “las EPS tienen decenas de miles de personas empleadas para estas tareas. Con la reforma no se sabe quién va a asumirlas. ¿Pasarán los 110.000 empleados de las EPS a ser funcionarios públicos? ¿Quedarán los pacientes a la deriva? No hay respuestas para esas preguntas”.
Advirtió, de igual manera, que la ADRES carece de capacidades para la ordenación de gasto: “En el esquema propuesto, que no define el control de gasto y del recaudo, el impacto fiscal sería enorme. El gasto se multiplicaría y el recaudo podría caer de manera sustancial. Esta contingencia fiscal podría poner en riesgo la sostenibilidad fiscal del país”.
Sin embargo, Alejandro Gaviria considera que una reforma a la salud es necesaria, pero debe basarse en un diagnóstico claro sobre las problemáticas que tiene el sistema de salud en la actualidad, donde debe facilitarse el consenso y responder todas las preguntas.
“Una reforma a la salud es necesaria. Los sistemas de seguridad social deben reformarse de manera permanente (…) pero sin un diagnóstico claro ni respuesta a las preguntas planteadas la reforma propuesta puede hacer mucho daño. Mucho daño”, concluyó.