En la ciudad de Bogotá, específicamente en Ciudad Bolívar, una niña de 14 años se quitó la vida luego de ser víctima de bullying. Su nombre era Lizeth Yuli Marroquín y cursaba octavo grado en el colegio República de Argentina, donde fue víctima de matoneo.
Yuli Marroquín, mamá de la niña, relató que su hija fue blanco de burlas, golpes y otras humillaciones por parte de sus compañeros, lo cual afectó su salud mental. Ella cuenta que comenzó a ver comportamientos extraños en su hija, dejó de cantar y bailar las canciones de K-pop de BTS que tanto le gustaban para irse a dormir.
«De un momento a otro dejó de hacer eso y empezó a dormir demasiado, la vi demasiado triste, y empezamos a indagar con el papá qué había pasado”, dice Yuli Marroquín.
Pese a los intentos de los padres por indagar qué sucedía con la menor, ella solo decía que algo pasaba y que quería salirse del colegio.
«Ella nos dice que está pasando algo, pero realmente nunca nos dijo cuál era el motivo, simplemente nos dijo: ‘quiero salirme del colegio, cámbieme de jornada, quiero irme, por favor, ayúdenme’, pero la niña no me manifestó cuál era el motivo que ella tenía para esto», dijo la madre.
La señora Yuli comenta que se acercó a la institución para preguntar qué estaba pasando y así activar la ruta de atención ante el caso.
«La coordinadora del Colegio Argentina me informa que si la niña no ingresa al colegio, ella no va a poder hacer nada. Igualmente, yo le informé que ella tenía deseos de suicidarse porque ella me lo había manifestado, la coordinadora me dice que ellos no son un centro de salud, que tengo que llevarla a urgencias, pero que tengo que seguir un conducto regular dentro del colegio, pero que no me garantizaban que eso iba a solucionar», relató la señora Yuli.
Además de pedir ayuda a la institución educativa, la familia se comunicó con la Línea 116 de la Secretaría de Salud, donde la respuesta fue que la niña estaba en perfecto estado de salud y que estaba siendo sobre protegida.
La madre cuenta que se enteró de todo lo que le había pasado a su hija en el velorio y que la institución educativa si habría podido activar una ruta ante el caso.
«El día que lo activaron, era el día del funeral de mi hija. Fue algo indignante que la coordinadora me llamara a decirme que iba a activar dicha ruta cuando yo se lo había pedido con anterioridad», contó.