El pasado jueves mediante un video titulado «hasta luego nerds», se confirmó la muerte del famoso youtuber del juego Minecraft, quien había confesado a sus más de 10 millones de seguidores, que padecía un agresivo cáncer desde agosto del año pasado. Lo que en un principio había sido descrito como un dolor producto del estrés y de todo el tiempo que pasaba jugando, lo llevó a un fatal desenlace a sus 23 años.
Alex como era su nombre real, llevaba más de nueve años creando contenido para la gran comunidad que reúne el mundo de los videojuegos, aunque no solo jugaba Minecraft, este fue el que lo hizo reconocido y mediante streams en donde narraba sucesos de su vida de forma graciosa mientras jugaba, se hizo un nombre entre los mejores jugadores del mundo. Realmente poco se sabe de su vida personal, ya que se asegura que muchas de las historias que él mismo contó, son ficticias y solo fueron parte de su contenido.
En el emotivo video con el que se anunció su muerte, aparece su padre, quien se refiere a él como “el niño más increíble que alguien podría pedir” y le comunica a sus seguidores que Technoblade antes de morir, le pidió que les leyera algo. Posterior a las palabras de su padre, inicia un video del juego como era habitual pero las palabras con las que inicia dejaron en shock a todos sus fans: «Hola a todos, aquí technoblade. Si están viendo esto, estoy muerto», Alex agradeció a todos por tantos años de apoyar su contenido y aseguró que, si tuviera otras cien vidas, elegiría volver a ser quien fue.
Meses después de confesar su diagnóstico, Technoblade aprovechó para lanzar una campaña en donde recaudó más de 120.000 dólares que destinó para la investigación del cáncer y su familia informó a toda su audiencia que las ganancias recaudadas con lo que resta de la mercancía del youtuber luego de su muerte, se destinarán a una organización benéfica que recauda fondos para personas afectadas por el sarcoma.
“Dave” como muchos creían que se llamaba realmente a raíz de una de sus constantes bromas, será recordado como alguien que desde el principio siempre estuvo ideando estrategias para deleitar y recompensar a sus seguidores, que se esforzó por fomentar el buen espíritu deportivo y que sobre todo, siempre vio el juego como algo para entretenerse y reír.