La violencia hacia las comunidades diversas en el país es un flagelo que cada día está en crecimiento, y que sigue dejando víctimas mortales y daños irreparables en cientos de familias.
En un reciente caso que se presentó el pasado domingo 20 de octubre en Caldas, Antioquia, Karis Saldarriaga de 61 años, activista trans por los derechos de la comunidad LGBTIQ+, fue asesinada con arma blanca y su cuerpo fue hallado al interior de su vivienda.
La mujer era reconocida en el sector por su trabajo en la defensa de los derechos, y su participación en el libro «Locas de pueblo: maricas mayores en los municipios de Antioquia», que relataba su historia y la violencia que, como ella, atraviesa a miles de mujeres trans en el territorio.
Según el Observatorio de DD.HH de Caribe Afirmativo, en lo que va del 2024 se han registrado más de 21 asesinatos a personas trans en Colombia, cifra que aunque parezca aterradora, da cuenta de la preocupante realidad que significa ser una persona diversa.
A este, se suma el caso de Geiner Carrillo Ipuana, un joven gay que fue reportado por su familia como desaparecido el sábado 19 de octubre, y luego de una intensa búsqueda de dos días, el lunes 21 se confirmó el hallazgo de su cuerpo en el sector de Albania, La Guajira, lugar donde trabajaba.
Estos casos han generado gran indignación en la comunidad local, que reclama justicia, implementación de medidas pertinentes para evitar que esto siga sucediendo, y que se de celeridad en los procesos e investigaciones bajo el enfoque de orientaciones sexuales e identidades de género, en busca de que ser una persona diversa, no cueste la vida.