El Papa Francisco ha reafirmado la posición de la Iglesia Católica tras la reciente aprobación de la bendición a parejas homosexuales o en situación de irregularidad. En una entrevista con el diario italiano La Stampa, el Pontífice ha subrayado que la intención es «incluir, no dividir», argumentando que «el Evangelio es para santificar a todos».
La declaración Fiducia Supplicans ha sido el epicentro de la controversia, Francisco defiende la idea de que la bendición no recae en la unión en sí, sino en las personas: «Todos somos pecadores, ¿por qué entonces hacer una lista de pecadores que pueden entrar en la Iglesia y una lista de pecadores que no pueden estar en la Iglesia? Esto no es Evangelio», expresó el Papa.
El Papa, consciente de las diferencias culturales, mencionó que la actitud hacia la homosexualidad varía, especialmente en el contexto africano, donde es vista como algo «malo» culturalmente, sin embargo, confía en que, con el tiempo, la sociedad se adapte al espíritu de la declaración, buscando la inclusión en lugar de la división.
En relación con las críticas, el Papa Francisco adopta una postura serena, asegura que siempre ha habido pequeños grupos con reflexiones cismáticas en la Iglesia y que es necesario permitirles expresarse, mirando siempre hacia adelante.