Este miércoles 1 febrero de 2023, las autoridades sanitarias neerlandesas informaron que han concluido que el contagio con la enfermedad de vacas locas en una granja en los Países Bajos de Holanda del Sur ha sido con la “variante atípica”, y aunque aseguran que la carne de res no había entrado aún en la cadena de comestibles, por lo que no representa una amenaza grave para la salud pública, de igual forma seguirán con los análisis para evitar la variante «clásica».

Se dio a conocer la noticia, principalmente, debido a una carta enviada al Parlamento neerlandés, en donde, el Ministerio de Agricultura anunció el “descubrimiento de encefalopatía espongiforme bovina (EEB) en un cadáver de una vaca” y explicó que “esta enfermedad mortal afecta al sistema nervioso central del ganado y también se conoce como enfermedad de las vacas locas”. Pero se reafirmó el tema cuando, Piet Adema, ministro de Agricultura, Naturaleza y Calidad Alimentaria de Países Bajos, dio el anuncio en una rueda de prensa, informando que una vaca presentó esta enfermedad.

“El bovino que ahora ha resultado positivo ha sido rastreado a través de esta vigilancia activa. Este bovino que ha dado positivo no entró en la cadena alimentaria y no representa un riesgo para la seguridad alimentaria”, explicó Adema en la rueda de prensa. 

Después del diagnóstico, la Autoridad Neerlandesa de Seguridad de Alimentos y Productos de Consumo (NVWA) prohibió la granja afectada, lo que significa que la empresa no puede sacar de la granja ni animales ni estiércol, y aunque la granja afectada no ha sido identificada públicamente por el ministerio, están haciendo un seguimiento profundo para que se cumplan la no distribución de sus productos.

El protocolo ahora requiere que se sacrifiquen y analicen 13 vacas más, incluidas las crías de la vaca afectada que sean menores de dos años, lo que en este caso afecta solo a una de las cinco crías de este animal, mientras que el resto “representa un riesgo insignificante para la salud pública”. Además, también son analizadas y sacrificadas los bovinos que han recibido el mismo pienso y han crecido con la vaca infectada.

¿Qué es el virus de la vaca loca?

En medicina, el virus de las «vacas locas» se llama encefalopatía o encefalomielitis espongiforme bovina (BSE). Consiste en una enfermedad neurológica, degenerativa, progresiva, infecciosa y mortal del ganado bovino adulto con un largo período de incubación (estimado en 4 a 6 años). Por su estado infeccioso y cambios microscópicos, se incluye en el grupo de enfermedades conocidas como encefalopatías espongiformes transmisibles (EET), que se observan tanto en animales como en humanos y provocan cambios degenerativos con un largo período de incubación y un curso muy progresivo. El sistema nervioso central (SNC) produce cambios esponjosos en estos tejidos.

Con relación a los humanos, los productos de res infectados con BSE pueden infectar a los humanos y causar una enfermedad incurable; por lo tanto, existe un protocolo de vigilancia europeo en el que todas las canales y todo el ganado sacrificado en situaciones de emergencia se analizan para detectar la presencia de la enfermedad.

Informes anteriores de este virus

La variante “clásica”, que se encontró por primera vez en Reino Unido en 1986, y se han detectado un total de 88 veces en Países Bajos desde 1997, surge de comer pienso contaminado, y con relación a la “variante atípica”, el último caso detectado en Países Bajos con esta variante fue en el año 2011.

“Hasta el momento, se han identificado cuatro casos atípicos en Países Bajos de los 88 casos de vacas locas detectados en el país desde 1997. Y en los últimos cinco años, ha habido tres casos de una infección atípica de EEB en la Unión Europea; por otro lado, en 2021 se realizaron dos notificaciones en Alemania e Italia sobre casos de infección, pero estos no pasaron a mayores, y en 2017 se presentó un caso en Suiza” explicó el ministro de agricultura.

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